Regresaba de la otrora tecnochtlitlan a cuahunahuac, por la libre. Regrese en transporte de itinerario fijo, pero lo que vi en el camino y me hizo pensar, fue cuando de Tres marías (ya en Morelos) tomamos taxi:
Un caballo intentaba cruzar la carretera, imprudente de él y también del conductor que manejaba un camión de carga (de esos que transportan arena).
El bello animal café, estúpido en su desperación a medias repara, lo suficiente para que el casco frontal derecho de su pata fuera trozado, lo suficiente para que su joven perseguidor exclamara un hondo gesto de dolor, lo suficiente para que a este lo corran de su trabajo y el caballo muera sacrificado antes que de dolor (a esta hora, descanse en cielo equino).
Hilos de rojo liquido salían, lo vi, por que dos carros delante del taxi un chismoso no avansaba, lo vi por que lo tenia que ver, el casco y su herradura divorciados de su otrora extremidad, el caballo entendía, no caminará más.
Entendí algo, no puedes seguir a un animal cuando se camina por la carretera, corres el riesgo de matar a alguien.
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