El sillón viejo que deshice hoy lo era, según mi mamá, tan vetusto como mi hermana, dice también que mi papá y su primera hija durmió en él cuando yo nací, por eso del predicamento que es dormir con un bebé recién nacido(pregunte el que no sepa).
Ese sillón me sirvió de respaldo para la meditación, ahí durmieron algunos amigos, en él dormí, por cierto incómodamente, era "sofá-cama". En él tuve mis primeras experiencias sexuales y hasta me sirvió de ropero, obvio mientras fue mio, hace 9 años.
Ese sofá, más bien dicho y reflexionando mientras escribo, que merece una entrada a este blog, es un recuerdo que se quedara en esta entrada, que pasara a la historia a lo mejor como una cicatriz en la mano después de habérmela penetrado con un lindo y limpio clavo oxidado, limpio después de sacarlo de como un y medio centímetro y sentir el hierro implacable salir de la fisura, he de confesar que sentí como entró, bueno, doy gracias a Dios de que las jeringas no sean de tal grosor.
Escribo esta entrada en tanto la cotidianeidad me inspira, en tanto una cosa puede llevar sentimientos, otros dirían que energía del que la ha poseído.
La razón pa´ desbaratar ese objeto es por que nadie lo quiso ni regalado, pero la razón por la que lo iba a regalar es que unas ratas hicieron su nido (bastante admirable por cierto a la hora de ver el colchón corroído) y aunque ya las había aventado al terreno baldío de enfrente, por poco valor de eliminar a una plaga; bueno, y un toque de compasión -eran 3 ratas "bebe"- apestaron el sofá, le heché desodorante, lo deje al tiempo, nada funciono y es que tengo la costumbre, ustedes califiquenla, de eliminar lo que me fastidia.
Ahora ese ex sofá-cama es leña esperando ser usada, tela esperando ser tirada y clavos oxidándose fuera de mi cuerpo.
...Estoy pensando en abrir un blog de crítica o criticoneria política, según el caso, como ven.
Saludos a los saludables.
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